El encargo consiste en la reforma de una vivienda en un edificio plurifamiliar de principios de 1900 y que junto a otros configura la plaza de Santa María del Mar.
El proyecto plantea trabajar el espacio central y de fachada para que resuelva la zona de día de la vivienda, sala de estar, estudio y comedor. Las paredes medianeras se encargarán de acoger todo el espacio de almacenamiento: armarios, librerías y vestidor. Los espacios servidores, aseo, baño, cocina y lavadero, se organizan alrededor de un patio de luces, juntamente con el único dormitorio de la casa. Éste, queda visualmente conectado con el espacio de la gran mesa a través de una puerta acristalada.
La lógica funcional viene acompañada de unos criterios constructivos y compositivos que consisten en la recuperación de diferentes elementos dejados vistos: las carpinterías exteriores, algunos paños de pared de ladrillo y las bóvedas a la catalana sustentadas por vigas de madera. En cambio, el pavimento de toda la casa se reviste de micro-cemento gris.