Se propone un edificio integrado en el entorno que, mediante un juego suave de volúmenes y materiales cálidos, minimiza el impacto urbanístico de un equipamiento en una zona residencial.
El edificio se articula en torno a un patio central, destinando las áreas más públicas en la planta baja y las más privadas en la planta superior.
Dos accesos diferenciados garantizan la segregación de usos. El acceso público se sitúa cercano a la parada del autobús, en el extremo este del ámbito de actuación.
La cubierta del volumen inferior, al ser visible desde la Av. Llobatera y desde la planta superior del edificio, se ajardina y libera de las instalaciones de cubierta, consiguiendo una mejor eficiencia energética y un menor impacto visual.
Los huecos se cubren con lamas verticales que protegen de la radiación solar y de las visuales desde la calle gracias a estar giradas 30° respecto al plano de fachada.